En el reino otaku no hay historias más apetecidas por el público masculino como las que presentan a muñecas sin voluntad que palabras más palabras menos son los juguetes sexuales de sus protagonistas. Animes como Chobits, Saber Marionette y en menor medida Ah Megamisama dan un atisbo de las fantasías sexuales que cualquier hombre desea realizar.
La diferencia entre estas series es la manera como justifican la falta de autodeterminación de sus criaturas. En el caso de Chobits los personacom son maquinas creadas para ayudar a los mortales en tareas cotidianas, en Saber Marionette los androides existen para compensar la ausencia de mujeres en el planeta terra 2 y en Ah Megamisama, Beldandi una diosa encargada de proveer deseos a los menos afortunados acompaña a su cliente mientras decide cómo usará su regalo del cielo.
En DearS se trata de aliens refugiados en la tierra, esclavos por rangos que obedecen sin reparo al maestro que se les ha asignado. Tan pronto aparece el openning un flash back de Chobits atraviesa el subconsciente y permanece a lo largo de los 12 capítulos del animé. Ésta sensación molesta en un principio, es la excusa perfecta para mantener los ojos pegados a la pantalla buscando las similitudes. Y no son pocas.
Ren la DearS protagonista de la serie es una esclava defectuosa que oculta un secreto. Chi el personaje principal de Chobits es una personacom en mal estado con un pasado en iguales condiciones; las dos son encontradas por el típico estudiante cara dura malhumorado y patán que vive, muy a su suerte, sólo. Sus apartamentos son similares. De sus familias poco se sabe y su vida sentimental ni se vislumbra. Los compañeros de clase no los comprenden y el trato con las mujeres es física quántica, pero que bien se las arreglan para permanecer en líos de faldas.
Su relación con las criaturas que apadrinan también es materia de discusión, conviven con ellas, pero lo niegan, las quieren, pero no las soportan y por extraño que parezca ante las insinuaciones sexuales que son constantes responden con enojo. Pero antes de pensar me equivoque de DVD y estoy repitiendo Chobits, los espectadores de DearS serán recompensados con capítulos llenos de humor de pastelazo, personajes bien construidos y un universo creado para divertir; alejándose de los lagrimones rosas con los que se justifica el contenido sexual de los animés anteriormente citados.
DearS sabe a que público se dirige y en ningún momento esconde su objetivo primordial: jugar con el morbo adolescente. Además de sacar uno que otro comentario audaz a partir de las situaciones alimentadas sus personajes. Quienes se encuentran totalmente justificados dentro de la trama. Desde la profesora Mitzuka una ex actriz porno obsesionada con el sexo, hasta Neneko la sarcástica y poco agraciada amiga de Takeya el protagonista, todos aportan un ingrediente que deja al espectador con ganas de más.
También cabe resaltar que éste animé es de aquellos enganchadores, no por lo profundo y existencial de su contenido, o por las enseñanzas trascendentales que pueda aportar, sino tal vez porque en éste mundo cargado de tragedias y complicaciones un animé que brinda risas a partir de un tema tan cotidiano como el sexo puede convertirse un escape de la realidad y en la mejor manera de matar una tarde de domingo.
La diferencia entre estas series es la manera como justifican la falta de autodeterminación de sus criaturas. En el caso de Chobits los personacom son maquinas creadas para ayudar a los mortales en tareas cotidianas, en Saber Marionette los androides existen para compensar la ausencia de mujeres en el planeta terra 2 y en Ah Megamisama, Beldandi una diosa encargada de proveer deseos a los menos afortunados acompaña a su cliente mientras decide cómo usará su regalo del cielo.
En DearS se trata de aliens refugiados en la tierra, esclavos por rangos que obedecen sin reparo al maestro que se les ha asignado. Tan pronto aparece el openning un flash back de Chobits atraviesa el subconsciente y permanece a lo largo de los 12 capítulos del animé. Ésta sensación molesta en un principio, es la excusa perfecta para mantener los ojos pegados a la pantalla buscando las similitudes. Y no son pocas.
Ren la DearS protagonista de la serie es una esclava defectuosa que oculta un secreto. Chi el personaje principal de Chobits es una personacom en mal estado con un pasado en iguales condiciones; las dos son encontradas por el típico estudiante cara dura malhumorado y patán que vive, muy a su suerte, sólo. Sus apartamentos son similares. De sus familias poco se sabe y su vida sentimental ni se vislumbra. Los compañeros de clase no los comprenden y el trato con las mujeres es física quántica, pero que bien se las arreglan para permanecer en líos de faldas.
Su relación con las criaturas que apadrinan también es materia de discusión, conviven con ellas, pero lo niegan, las quieren, pero no las soportan y por extraño que parezca ante las insinuaciones sexuales que son constantes responden con enojo. Pero antes de pensar me equivoque de DVD y estoy repitiendo Chobits, los espectadores de DearS serán recompensados con capítulos llenos de humor de pastelazo, personajes bien construidos y un universo creado para divertir; alejándose de los lagrimones rosas con los que se justifica el contenido sexual de los animés anteriormente citados.
DearS sabe a que público se dirige y en ningún momento esconde su objetivo primordial: jugar con el morbo adolescente. Además de sacar uno que otro comentario audaz a partir de las situaciones alimentadas sus personajes. Quienes se encuentran totalmente justificados dentro de la trama. Desde la profesora Mitzuka una ex actriz porno obsesionada con el sexo, hasta Neneko la sarcástica y poco agraciada amiga de Takeya el protagonista, todos aportan un ingrediente que deja al espectador con ganas de más.
También cabe resaltar que éste animé es de aquellos enganchadores, no por lo profundo y existencial de su contenido, o por las enseñanzas trascendentales que pueda aportar, sino tal vez porque en éste mundo cargado de tragedias y complicaciones un animé que brinda risas a partir de un tema tan cotidiano como el sexo puede convertirse un escape de la realidad y en la mejor manera de matar una tarde de domingo.